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- Sabores de Mallorca: los platos típicos que conquistan la isla
Mallorca es mucho más que playas de ensueño y pueblos de piedra dorada. La isla guarda un universo de aromas y sabores que hablan de su historia, su tierra y su gente. Su gastronomía es una mezcla de tradición y sencillez mediterránea, donde cada plato cuenta una historia. Si quieres saborear la auténtica esencia mallorquina, hay recetas que no puedes dejar pasar.
Ensaimada: el dulce más famoso de la isla
Redonda, ligera y con un brillo inconfundible, la ensaimada es el dulce por excelencia de Mallorca. Hecha con una masa suave y fermentada, se hornea hasta lograr esa textura esponjosa que se deshace en la boca. La encontrarás lisa, ideal para acompañar un café, o rellena de cabello de ángel, crema o chocolate. Nada mejor que disfrutarla recién hecha en una pastelería con historia, como Can Joan de S’Aigo, en pleno corazón de Palma, donde el tiempo parece detenerse entre tazas de chocolate y bollería tradicional.
Sobrasada: tradición untada en pan
La sobrasada es pura Mallorca en cada bocado. Su color rojizo, aroma a pimentón y textura untuosa la hacen inconfundible. Se disfruta durante todo el año: cruda y suave sobre pan payés, tostada en los meses fríos o incluso cocinada para dar sabor a guisos y arroces. Si te apetece llevarte un recuerdo sabroso, en los mercados locales como el Mercat de l’Olivar, en Palma, podrás encontrar sobrasadas artesanas de pequeños productores.
Tumbet: el sabor del verano mallorquín
Cuando la huerta está en su mejor momento, el tumbet se convierte en el protagonista de las mesas. Este plato vegetal combina láminas de berenjena, patata y pimiento rojo, coronadas con salsa de tomate casera y horneadas lentamente. Es ligero, colorido y rebosa sabor mediterráneo. Puedes probarlo en restaurantes de cocina tradicional como Ca na Toneta, en Caimari, donde cada receta se elabora con productos de temporada y alma de pueblo.
Frito mallorquín: la receta con alma de tradición
El frito mallorquín es uno de los platos más antiguos de la isla, ligado a la época de la matanza del cerdo. Combina carne, hígado, patata, cebolla y pimiento, salteados con laurel, ajo y guindilla. Su aroma es intenso y su sabor, potente y reconfortante. Lo encontrarás en bares auténticos como Es Celler de Petra,donde las recetas no han cambiado en generaciones y la cocina huele a hogar.
Arroz brut: el guiso que reconforta
Su nombre significa literalmente “arroz sucio”, por el color oscuro del caldo. El arroz brut es un arroz caldoso lleno de carácter, cocinado con carnes, setas de temporada y especias que perfuman toda la cocina. Es un plato de invierno, pensado para saborearlo despacio. En el interior de la isla, lugares como Celler Ca’n Ripoll, en Inca, lo preparan como manda la tradición: con calma, fuego lento y mucho sabor.
Coca de trampó: Mallorca en un bocado
Sencilla, fresca y deliciosa, la coca de trampó es la versión mallorquina de la pizza mediterránea. Sobre una base fina y crujiente de masa de pan se extiende una mezcla de tomate, pimiento y cebolla aliñados con aceite de oliva. Es un bocado perfecto para una comida ligera, un picnic o un aperitivo al sol. La puedes encontrar en panaderías locales como Fornet de la Soca, cerca del centro de Palma, donde el horno siempre está encendido y la tradición se cocina a diario.
Consejos para saborear Mallorca
La cocina mallorquina es un viaje por estaciones y tradiciones. En verano brillan el tumbet y la coca de trampó; en otoño e invierno, el arroz brut y el frito mallorquín reconfortan los días fríos. La ensaimada y la sobrasada, en cambio, no tienen calendario: acompañan desayunos perezosos, meriendas con vistas al mar o picoteos improvisados tras un día de excursión.
No hay mejor forma de conocer Mallorca que a través de sus platos. Entre huertos, hornos y mercados, la isla te invita a descubrir su sabor más auténtico. Cada bocado es un recuerdo que se queda contigo, una postal que no se guarda en un cajón, sino en el paladar. Porque Mallorca también se recorre con el gusto.